viernes, 4 de abril de 2014

Friedrich, Caspar David...



                  El pintor de la calma

                      Las Edades de la vida, hacia 1835


"...tengo que entregarme a lo que me rodea,
unirme con las nubes y las rocas,
para ser lo que soy.
Necesito la soledad para conversar
con la naturaleza... (1821)"
 



Capar David Friedrich, nace el 5 de septiembre en 1774 en Greifswald, Pomerania sueca, sobre la costa báltica de Alemania y falleció el 7 de mayo de 1840.
Era el sexto de diez hijos de Adolph Gottlieb Friedrich, jabonero y cererero y de su mujer Sophie Dorothea, ambos de Neubrandeburgo.
Caspar David, era un niño esquivo y taciturno, que ya a una tierna edad se ve obligado a afrontar experiencias dolorosas. A los 7 años pierde a su madre y posteriormente un hermano muere, tras haberse lanzado al agua para salvar a Caspar que se ahogaba. Recibe por parte de su padre una educación rígida, por principios protestantes y es influído profundamente también por los escritos religiosos del teólogo Gotthar Ludwig, que le darán una visión del mundo y su relación con la naturaleza en su futuro.

  Autorretrato, 1800, 
(Tiza negra)
                                                 




En el romanticismo alemán, el paisaje era un tema fundamental.

Para Friedrich, el paisaje no le interesaba como simple imitación, sinó como una interacción de impresión visual y reflexión tanto mental como emocional.  El paisaje debía reflejar “un estado de ánimo”.  Le interesaba el “paisaje de estado de ánimo”, que fuera “caja de resonancia psíquica”.

Para Friedrich una pintura debía producir una “impresión anímica”, para cumplir –según las propias palabras de él, las exigencias de una verdadera obra de arte; "porque una composición, por muy exactamente que siguiera el modelo natural o que se estructurara según las reglas académicas, puede ser ejemplar, pero eso no afecta realmente al observador".
 


Para mí, observar un cuadro de Friedrich, es “situarse en estado contemplativo”, dejarse absorver, dejarse alimentar por el color, el paisaje, la calma o la luz; que se produzca una interacción, una transformación alquímica. Sólo así, hay una comunicación auténtica.

Poco me importa, si quería dar a entender, -la muerte, o el ciclo de la vida, o, o, o,… me interesa el acto de comunión, que establezco, el sentimiento total que me produce entregarme al cuadro, en sus detalles, en su totalidad…….





               Paisaje al atardecer con dos hombres,1830-1835       
   
El primer cuadro que conocí de Friedrich, allá por los finales de los 80, gracias a los Libros de "Terramar", de Ursula K. Le Guin, la edi. Taurus, en versión catalana, publicaba la trilogía citada, y en la portada, fragmentos de “Las edades de la vida”…


Ese hombre mirando al mar, ese cielo rosado, ESA CALMA… que sobresale el cuadro,..ese velero típico, el anhelo de la aventura de la vida,…

Si buscara “una alma gemela pintora”, uno de ellos sería FRIEDRICH.
                 Salida de la luna a orillas del mar, hacia 1822
 



 Me asombran y me encantan sus primeros cuadros, “ese detallismo”, esas trazos pequeños que nos hablan de las venitas de los árboles,
la minuciosidad en pintar las hojas de un gran roble…

 Caspar Friedrich, era de signo astrológico VIRGO, “detallista, minucioso,….



                                                                        


Roble en la nieve
                                                Roble en la nieve, hacia 1829



En general, cuando observo sus cuadros siento que me lleva de la mano hacia una “reflexión profunda, silenciosa", del caminar por la Vida.…

 Siento que hay una añoranza por una luz diferente, de un color diferente, de una calma, de una paz interior constante, de un mundo nuevo y diferente, con una alegría serena y constante… 






Imagen
                            Atardecer, 1824              


Para los críticos de arte, los cuadros de Friedrich, son ambivalentes en cuanto a su mensaje y hay diferentes valoraciones. ¿Se pueden y deben interpretar desde un punto de vista simbólico o incluso sacro?

Para unos lo mejor es verlos y comprender sin palabras; eso es lo que el artista quería que hiciesen los observadores. Todo intento de explicar los estados de ánimo es superfluo, pues Friedrich creó ejemplos de una introversión típicamente romántica, así como testimonios de la más aislada subjetividad.

En las obras de Friedrich hay temas destacados: -el mar, los puertos y los veleros, barcos. Pero también los paisajes montañosos, las nubes, los colores y la luz…


                                        

                      Hombre y mujer contemplando la luna, 1824

                    
Si bien, también son temas recurrentes en el romanticismo, así como tumbas de héroes.
El romanticismo alemán también estuvo empañado de ideas sociales de reforma, que en Friedrich, parece ser que lo reflejó en algunos cuadros donde aparece la “tumba de algún héroe”.
Monumento megalítico en la nieve, 1807 
                                         
                                  



Friedrich recibió clases de dibujo en la Universidad de Greifswald, a través de su maestro Johann Gottfried, del que copiaría pinturas y vistas de la colección de su maestro y dibujos al natural. Serían sus enseñanzas. En muchos de los cuadros de Friedrich, se ve cómo la geometría, la perspectiva, estructuran sus pinturas:
  


Cuadro en memoria de Johann Emanuel Bremer
        Imagen conmemorativa para Johan Emanuel Bremer, 1817        


                               

Así como la contínua reflexión, mirada y contemplación de sus cuadros
Según Friedrich, una obra de arte verdadera había de presentar “sublimación del espíritu” y “elevación religiosa”. 
Un amigo de Friedrich, el pastor Schwarz, enseñaba que observando la naturaleza se tenían las mismas experiencias que al recibir los sacramento. Por ello, reafirmaba lo que pensaba y sentía Friedrich acerca de las “propiedades espirituales del arte” : -El hombre no es el objetivo último del hombre; su meta es lo divino, lo infinito. Debe aspirar al arte, no a ser artista. El arte es infinito; pero los conocimientos y el saber de los artistas son finitos-.
Amaneceres y atardeceres, el ascender y el descender, el transformarse y extinguirse; el nacimiento y la muerte, ciclos elementales de la vida, fueron paisajes que Friedrich, pintó con mucha frecuencia. Cuadros de una intensa contemplación de ese ciclo, que te lleva a ese estado meditativo, a esa unión mística, que necesitaba Friedrich.




                                               La mañana, 1820-1821
  
                            El Atardecer, 1822
                   




En Enero de 1818, Friedrich contrae matrimonio con Caroline Bommer.
Pinta obras importantes como:
                                                                      
          El viajero contemplando un mar de nubes, 1818
El viajero contemplando un mar de nubes para mí simboliza, o lo que yo siento, es precisamente el “romanticismo alemán”.  Siempre que veo este cuadro, me viene esta idea, cerca del cielo, encima de la tierra, pero en un lugar elevado, un hombre fuerte, (unas ideas robustas, fuertes, elevados, los altos ideales, sentimientos elevados...) ideología en el romanticismo alemán.
 
Rocas cretáceas en Rügen
                       Rocas cretáceas en Rügen, 1818

Es precioso!, ese mar, el contraste del color de las rocas blanco-amarillo claro, con el azul intenso del mar, la amplitud del mismo y la profundidad del abismo.  Al contemplarlo, se siente confianza, una seguridad, que es la misma que se observa en la del joven del cuadro. Se produce una comunión entre la mirada (por parte del observador del cuadro), con la del joven, en la que se comunica, esa confianza, esa profundidad, seguridad, un anhelo calmado de libertad.

De su época de matrimonio: En el velero (cuadro), hacia 1819. Que bien pudiera ser él y su mujer.



                             En el velero, 1819




                  El Grobe Gehege,(el gran coto), 1832    






                       El árbol de los cuervos, 1822








Arrecife en la playa, 1824
                                                                                           
       





El efecto del matrimonio en esta etapa de su vida, fue muy importante. Dice él mismo en una carta: -“Es una cosa curiosa, eso de tener mujer”, cuando él se dio cuenta de que el matrimonio había revuelto su vida de ermitaño, que tenía que comprar el ajuar, armarios, sillas y una “cama licenciosa”, pero como dice él mismo, es una “obligación grata”.

A partir de este momento, aparecen más cuadros donde el elemento femenino aparece; en muchos cuadros, podría ser su mujer. 







Salida de la luna a orillas del mar, hacia 1821 





 
                                              El Océano Glacial, hacia 1823/24



Este cuadro, se trata de una especie de programa y resumen de los objetivos e ideas de Friedrich; además puede considerarse como uno de los cuadros clave del siglo XIX.   Debido a su radicalismo compositivo y temático, ya no lo comprendió nadire. Todos lo rechazaron y lo consideraron "agotador": "-Ojalá se fundiera de una vez el cuadro de los hielos del Polo Norte!", exclamó uno de los críticos arrogantes y burgueses. Hasta la muerte de Friedrich, en 1840, esta obra no pudo venderse.



(Siento que el simbolismo de este cuadro es muy actual, y que también lo sería en aquella época; un símbolo de una catástrofe social, histórica).





En 1826-1828, sufre una grave enfermedad

Se hace necesaria una estancia en Rügen. Esta enfermedad afecta a su situación económica. En 1828, su salud experimenta una mejoría.
Hacia 1830, Friedrich se aisla cada vez más del mundo exterior y se retrae a sus tormentos interiores. Además es definitivamente consciente de que su arte ya sólo dice algo a sus amigos íntimos y a los iniciados. Muchos de sus colegas de la academia, le dan la espalda.

En 1835, sufre un ataque de apoplejía, que le produce una parálisis en brazos y piernas.
Sólo puede dibujar.




El cuadro del Paisaje con tumba, féretro y lechuza, dibujado a sepia, es sintomático de la obsesión con la que ens sus últimos años Friedrich barruntó la muerte.






Diez años más tarde, en 1840, muere el 7 de mayo; es enterrado el 10 de mayo en el cementerio de la Trinidad en Dresde.


En 1893, el primer reconocimiento de arte de Friedrichs se publica en noruego.
En 1906, una exposición celebrada en Berlín con pinturas y esculturas de 1775 a 1875, presenta 32 obras de Friedrich. Comienza entonces el redescubrimiento del pintor, que aún no había concluido.




Me siento identificada con aquellos cuadros de un o dos hombres contemplando el mar en el atardecer, en el amanecer, con ese traje antiguo alemán….me emociono, me siento en calma y emocionada por ese amplio mar-camino vital (que la vida ofrece), desde esa calma profunda, desde esa unión, sintonía con el cielo, mar, con el sol, con lo que no se vé y está también.

Con esa paleta de colores, tonos que hablan de su sentir de la vida.
Con todo eso me emociono, por eso he querido rendirle mi pequeño agradecimiento a esa alma.










                

3 comentarios:

  1. Magnífica entrada y un excelente pintor que admiro enormemente y que pude admirar en Berlín en directo, en el Museo Romántico.

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    1. Muchas gracias por tus palabras!!! Qué bien!!! poder ver sus cuadros en directo!! Un motivo más para irme a Berlín!

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  2. Para ir a Berlín tienes muchísimos motivos: si es por museos, alli los tienen por partida doble ( aunque últimamente van unificando), si es por cerveza...(¡caray!) y si es por la propia ciudad, también. Así que, ¡ya tardas!

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