martes, 3 de junio de 2014

William Turner, el pintor romántico



                                "El pintor de la luz" :   

                                                    
                                          Flint Castle, 1838. Acuarela en papel


La primera vez que ví la pintura de Turner, fue allá en los años 80, en una exposición de "Caixa Forum", en el Pº de San Juan, en Barcelona. Tengo todavía el recuerdo vívido de permanecer frente a un cuadro de grandes dimensiones en el que aparecía un barco envuelto en brumas, en unas nubes que casi cubrían el cuadro, y "preguntándome, cómo hacía ese pintor para poder pintar esas nubes, esas brumas..., esa luz...."
Estoy conociendo la Arterapia de la línea antroposófica de (Rudolf Steiner), en la que se trabaja según la teoría de los colores de "Goethe", y que Turner conoció y experimentó en sus cuadros.

Y ha sido recientemente, que tras una sesión, en la que pintamos con aquarelas, que quizás (?) llegué a entender un poco, cómo Turner podía conseguir plasmar esas nubes, esas nieblas, esa luz...

Pero bastó para decidirme a hablar un poco de su obra y expresar lo que siento de ella.

Joseph Mallord William Turner, nació en Londres el 23 de abril (Tauro): signo astrológico; de 1775, y murió en Chelsea, Londres el 19 de diciembre de 1851.

Su família vivía en el corazón de Covent Garden, cerca del Támesis, lugar al que dedicó muchos cuadros. Su padre era barbero y le ayudó mucho en su instrucción. Su madre, tuvo problemas de inestabilidad mental. Turner nunca habló mucho de su infancia. Se sabe que su madre murió en un hospital psiquiátrico.

Empezó de joven a mostrar su habilidad en el dibujo; los dibujos más bellos los exponía en la tienda de su padre.
A los 14 años, en 1789 ingresa en la escuela de la Royal Academy.
Los dibujos y las acuarelas ya eran notables.
Entre 1793 y 1795 realizó numerosos viajes a Gales y a otras regiones de Inglaterra, especializándose como dibujante topográfico.


                                                                           
                                                 Walkworth Castle, . Aquarela

 
                                                               
                             Saint Augustine'Gate Canterbury, 1793. Acuarela y grafito




Turner realizó interesantes descubrimientos técnicos al pasar de la acuarela al óleo. Descubrió que se podía pintar con acuarela en papel oscuro, superponiendo los tonos del más oscuro al más claro, como en la técnica al óleo. Hasta entonces los acuarelistas habían utilizado papel claro, de forma que brillase a través de los pigmentos transparentes. Turner fue un reconocido acuarelista.
       
                                                                 
                                 

Su primer cuadro al óleo:    


                             "Pescadores en el mar, 1796"



Empezó a ganar su primer dinero, gracias a un "coleccionista", que pagaba para que copiasen "obras" de renombre. Un amigo de Turner, los dibujaba y él les ponía acuarelas.  Esas ganancias le ayudaron a empezar a viajar por toda Inglaterra. Turner, siempre fue un viajero, un explorador y un experimentador de nuevos paisajes, nuevas luces, visiones,...

                                                                      
                                                   Autorretrato, 1799. Oleo sobre lienzo



Sus obras del período 1790-1800, se subdividen en dos categorías, las acuarelas y los grabados. Siendo las acuarelas las más valoradas y por las que sacaba más ganancias.

A Turner le fascinaban los paisajes, y cómo la luz imprimía una realidad que él quería plasmar. Por ello, Europa fue su campo de trabajo. Viajó por Inglaterra, Francia, Suiza, Italia.

Turner fue investigando, profundizando, tanto en las pinturas holandesas por las Marinas, tema muy ligado a él, como los aspectos de la naturaleza. Como vemos en su primer cuadro al óleo, (Pescadores en el mar), la fuerza del mar en una tormenta, será motivo de repetición en otros cuadros.


                       El naufragio, 1805                               



Pintor romántico, las fuerzas de la naturaleza (las tormentas marítimas, el ocaso, el cielo después de las tormentas, las nubes, la salida del sol, un alud...), fenómenos que hablan de la "potencia, de la fuerza" de la naturaleza, que el hombre no puede domeñar, y que en Turner una atracción incesante que plasmará en sus cuadros.



                     
                                   Nant Peris - Snowdon, (Gales), 1799. Acuarela.



Este cuadro lo hizo a dibujo y acuarela, durante un viaje por Gales. Siempre buscando y experimentando las posibles soluciones cromáticas y confrontar con diferentes técnicas. El espectáculo majestuoso de la montaña galesa, coronada por las nubes, como si fuese una divinidad petrificada, fue considerado por el artista como una representación perfecta de la "poética de lo sublime", en sintonía con las teorías del Ensayo de Edmund Burke (Investigación filosófica sobre lo sublime).

El enfoque de Turner en la mayoría de sus pinturas es esencialmente empírico y práctico porque desconfiaba de los sistemas. Para Turner: "el color dependía de la naturaleza y de las percepciones y sus efectos: a través de cada mutación del tiempo y de las estaciones son los materiales que se ofrecen cotidianamente como modelos a imitar".


                                                               

                                           El Lago de Buttermere en Cumberland, 1798

"Esa luz que se filtra alrededor de las oscuras nubes, (y por las cuales) se puede ver, ilumina el arco iris, reflejándose en el lago. Crea una sensación de calma, una luz  que me da alas a mi alma, a mi corazón."


                                                               
                                                 El Paso de San Gotardo (Suiza),1803-4
                                                                   

                                                                     
                                                   Sol naciente en la bruma, 1807  
               
En la segunda mitad de su carrera artística, Turner centró su atención en los efectos del color y de la luz, y en particular intentó plasmar la brillantez de los amaneceres y puestas de sol.
En este cuadro, del Sol naciente en bruma, con los pescadores limpiando y vendiendo pescado, vemos como Turner trata la luz y los colores.
El sol, aunque pintado de una forma muy delicada en comparación con las demás formas del cuadro, es el elemento que capta la mirada del observador.                      


                                                       
                       Estudio en acuarela, para el incendio de las casas del Parlamento, 1834

Este detalle muestra la atención que el artista dedicó al estudio de los valores lumínicos. El dibujo se limita al máximo, para dar libre curso a los colores, casi evanescentes. Turner trabajaba velozmente y a veces -sumergía la hoja sin completar en el agua, después hacía gotear los colores sobre el papel todavía húmedo, para fundir mejor los tonos, hacerlos aún más luminosos y multiplicar de ese modo los efectos de los matices-.

                                                    
                                  El Incendio del Parlamento, 1834. (óleo sobre lienzo)






Joseph Mallord William Turner



Régulo, 1828


Véneto 



El Vesubio en erupción, 1819-20 (acuarela sobre papel)




La Valerosa Téméraire (1838-9), óleo sobre lienzo




Tempestad de nieve, 1842 (óleo sobre lienzo)



De este cuadro, Turner dijo: "No lo pinté para que fuera entendido, sino porque quería mostrar cómo luce semejante espectáculo. Hice que los marineros me ataran al mástil para poder observarlo. Cuatro horas seguidas me mantuvieron atado; creí que iba a morir; pero yo quería fijar su imagen en caso de sobrevivir".


Fiel al espíritu romántico tenía una habilidad en plasmar las fuerzas de la naturaleza en su apogeo violento (tormentas, inundaciones, lluvias..). Para conseguir estos resultados realizó profundos estudios que lo convirtieron en un maestro en la representación de remolinos de agua, naufragios, tormentas en el mar. 



                                                  


                                                          


                                                                         
Barco a la deriva, 1840



En los últimos años de su carrera, Turner estudió y aplicó la "Teoría de los colores de Johann Wolfgang Goethe"
Para el pensador alemán "la luz es el principio ordenador del mundo, ya que través de los colores nos revela la naturaleza de las cosas, por , el color se convierte en la manifestación suprema y en el alma misma del mundo".

En sus investigaciones estéticas, Turner había llegado a conclusiones similares y en esas opiniones encontró una confirmación más. En sus últimas obras, los colores dominarán el espacio, sin tener necesidad de los límites impuestos por el dibujo, y serán fundamentales para plasmar con fidelidad su concepción romántica de la naturaleza.
Esa conciencia le animó a seguir en la dirección elegida, desoyendo las muchas críticas expresadas contra su estilo, considerado demasiado libre y desenvuelto.

Realizó numerosos ocasos, dando espacio a los rayos de sol, que crean infinitos matices del mismo color, y alcanzó niveles de extremado refinamiento en el agua, a la que llamaba "líquido y derretido reflejo"..

                                               





Luz y color (la teoría de Goethe): óleo sobre lienzo

La mañana después del diluvio. Moisés escribe el libro del génesis

                                         




                                                     
                                    Las cascadas de Clyde, 1844

Aquí estudió los efectos de la luz al atravesar el chorro de una cascada.




                                      Yate acercándose a la costa, 1845-50

En el centro de la composición está el sol, cuyos rayos crean una especie de remolino entre las nubes, reflejándose después en las aguas marinas. 




                                                        Salida de sol












Acuarela








Vemos en estos últimos cuadros, que la luz y el color predominan sobre las formas, y si hay, éstas se minimizan.

Turner murió a la edad de 76 años. Tras 50 años dedicados a la pintura, dejó una extraordinaria herencia, no sólo por el elevado número de obras realizadas, sinó porque había revolucionado radicalmente el modo de contemplar la naturaleza y de pintar paisajes. Está considerado como el primer impresionista.




"Para mí William Turner, es el pintor de la luz y el color, pero sobretodo de la luz. Comparto con él, esa fascinación por el paisaje aéreo (las nubes en tormenta, la luz que se desprende de ella, el paisaje marino, el sol al nacer o al morir...), pero por sobretodo la luz y como la plasma en las acuarelas, desde sus inicios hasta sus finales, fue un "maestro", que revolucionó el arte de la acuarela.


Espero que disfrutéis de esta belleza!".



                                           
Debussy con "Claro de luna" y cuadros de William Turner:
                                            

                            
                         




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BIBLIOGRAFIA: 

-Genios del Arte: Turner, edit. Susaeta.
-ArtBook: Turner y Constable, ed. Electa Bolsillo, 1999
-GRANDES MAESTROS DE LA PINTURA: TURNER, ed. Altaya, 1999
-Wikipedia
-Youtube



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